lunes, 2 de noviembre de 2009

Los pies: el talón de Aquiles de las personas con diabetes tipo 2

Los pies de las personas con diabetes tipo 2 están amenazados por muchos peligros, ya que tienen menor sensibilidad no sentirán dolor y se lesionarán con mucha facilidad.
La mala circulación resultante de las alteraciones de los vasos sanguíneos pequeños y grandes aumenta el peligro de las lesiones (la piel apergaminada se vuelva muy frágil).
Por la misma razón, si aparecen lesiones, su curación resulta muy difícil y aumenta el riesgo de infección y extensión de la herida: una pequeña herida puede originar una lesión extensa dificultando su cicatrización.
Si no se toman las precauciones adecuadas, estas lesiones terminan con la amputación del pie y en ocasiones de la pierna.

Recomendaciones para prevenir la aparición de lesiones en los pies:
Los pies fríos: si sus pies estás fríos, las medias de lana le darán el calor necesario. No utilice bolsas de agua caliente ni frazadas eléctricas. Porque la sensibilidad al calor de sus pies ha disminuido y puede sufrir quemaduras sin darse cuenta.

Los zapatos: cada mañana introduzca la mano en los zapatos y verifique si la plantilla está lisa o si presenta alguna rugosidad que puede lesionar su pie sin que usted se dé cuenta. Evitar la aparición de estas lesiones y tratarlas oportuna y adecuadamente cuando aparecen, son los medios más apropiados para mantener sus pies sanos.
La persona con diabetes debe tomarse el tiempo necesario para comprar sus zapatos. Cuando lo haga, asegúrese de que no le aprieten: el empeine debe ser de cuero suave y blando.
Los zapatos nuevos deben ser confortables y adecuados. Cómprelos a la tarde, cuando los pies están mas hinchados. No compre calzado de taco alto pues favorecen la aparición de puntos de presión que pueden lesionar sus pies.
Cuando estrene zapatos, camine con ellos sólo un par de horas. Si tiene disminuida su sensibilidad (neuropatía diabética) ¡NO CAMINE DESCALZO!

En la playa: póngase sus sandalias para caminar y proteja sus pies de las quemaduras del sol y de la arena caliente.

¿Cómo cuidar sus pies?

El cuidado de las uñas de los pies: Es mejor limar que cortar las uñas. Si la sensibilidad de sus pies está disminuida, al utilizar tijeras corre peligro de cortarse sin darse cuenta. Las uñas se rebajan con la lima: no muy cortas ni insistir demasiado en sus partes laterales.
Si no ve bien o tiene dificultades para agacharse, acuda al podólogo; dígale que tiene diabetes y que la sensibilidad de sus pies esta disminuida. El tomará las precauciones pertinentes.

La higiene diaria de los pies:
  1. Cuando lave sus pies no los remoje mucho tiempo pues ello reblandece la piel innecesariamente.
  2. No ponga sus pies dentro de un recipiente con agua caliente sin controlar antes la temperatura del agua (con un termómetro o con el codo), porque la piel de los pies es insensible al exceso de calor o de frío.
  3. Después de lavarlos, séquelos muy bien, sin olvidar secar los espacios entre los dedos.
  4. Si su piel está seca y áspera, después de secar sus pies aplíque una crema humectante, pero no lo haga entre los dedos por el riesgo de desarrollar micosis interdigitalis.
  5. ¡No aplíque parche o callicidas sobre sus callos!

Las heridas en los pies deben tratarse inmediatamente

Precauciones: Revise sus pies todos los días; es necesario hacerlo para reconocer, y tratar tempranamente heridas pequeñas o puntos de presión.

¿Qué hacer si se lesiona?
A pesar de todas las precauciones, alguna vez puede producirse una lesión. Si la lesión ocurre: limpiar, desinfectar y cubrir la herida con una venda estéril.

Cuando hay una neuropatía diabética las heridas pequeñas también pueden provocar consecuencias graves. Por lo tanto, no debe confiar en la autocuración de las heridas de los pies. Consulte inmediatamente a su médico, aún la herida es pequeña

Las heridas inflamadas en una persona con mala cicatrización necesitan reposo absoluto. Especialistas pueden fabricarle zapatos que descargan la zona del pie donde se encuentra la úlcera. Con un tratamiento precoz y adecuado se puede curar exitosamente las úlceras de los pies. Desgraciadamente, la mayoría de las amputaciones actuales son consecuencia del inicio tardío del tratamiento.